domingo, 31 de mayo de 2015

Menhires de los Sejos (Uznayo. Cantabria)

En esta ocasión nos acercamosa a los menhires localizados en el Collado de los Sejos, paraje situado en la Reserva Saja-Nansa, en la provincia de Cantabria. Para llegar hasta este punto tendremos que acceder, bien andando desde el punto conocido como Pozo del Amo (en la carretera CA-280) siguiendo una ruta de ascenso por el margen del río Saja, o bien por la pista que une el Puerto de Palombera con el pueblo de Uznayo (no tenemos conocimiento de si es accesible con vehículo). En nuestro caso seguimos la primera opción, ya que realizamos la Ascensión al Cueto de la Concilla.

En el Collado de Sejos localizamos varios menhires caídos sobre el suelo a excepción de la conocida como Piedra Jincá, que está hincada en el suelo, pero que no presenta ningún tipo de grabados.

Independientemente de los restos arqueológicos que enconyramos en la zona, este paraje bien merece un esfuerzo y darse la pateada, ya que el lugar tiene una gran belleza paisajística y unas vistas magníficas del entorno.

 Vistas desde el Collado de Sejos

De los menhires que componen el conjunto los que son más interesantes y llamativos son dos ortostatos de grandes dimensiones que, en un principio, estaba hincados, y hoy aparece tumbados sobre el suelo, y actualmente se encuentran delimitados por una frágil barrera de madera, en pésimas condiciones.

Vistas desde el recinto de los menhires

Sejos II. Se pueden apreciar las grandes dimensiones

El interés de estos dos menhires reside en que presentan interesantes grabados que los han asociado con otras expresiones similares como el ídolo de Peña Tú (Asturias), por presentar ciertas similitudes en las temáticas representadas, mostrando representaciones antropomorfas y, una de ellas, con un puñal en el lateral, aunque en el caso de Sejos son representaciones más simples en cuanto a los elementos antropomorfos, como son los órganos faciales, resultando más esquemático.

Uno de los ortostatos presenta grabados difícilmente identificables, ya que están muy desgastados, el conocido como Sejos I.

Sejos I

En el caso de Sejos II, las formas son más reconocibles, pudiendo apreciarse un rectángulo de lado largo env ertical y de forma curva en la parte superior, con líneas internas horizontales y varias bandas que recorren la zona externa. También se puede intuir (nosotros porque nos lo dijeron, sino no lo hubiéramos visto) un puñal en el lateral.

Sejos II

La cronología se ha establecido en las etapas iniciales de la Edad del Bronce a través de los tipos metálicos grabados, en un amplaio rango entre el 2500-2000 a. C.

Algunos estudios han establecido una asociación espacial entre estos ortostatos hincados, formando un cromlech,  delimitando un espacio cuya funcionalidad no ha sido definida, aunque ha sido descartada la de hábitat o sepulcral. En algunos casos se habla de delimitación de territorios para el pastoreo.

También se ha establecido una asociación entre estos ortostatos y otras manifestaciones megalíticas identificadas en el entorno, y que se pueden apreciar dándose un paseo por los alrededores.


Restos de otras estructuras en los alrededores

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BIBLIOGRAFÍA:

La información que se ha utilizado para escribir esta entrada es la que se indica a continuación, también puede resultar interesante para aquellos que quieran profundizar en el tema.
  • SARO, JOSÉ AMALIO; TEIRA, LUIS CÉSAR. 1992. El ídolo de la Gandara (Rionansa) y la cronología de los ídolos antropomorfos en la Cornisa Cantábrica. Trabajos de Prehistoria. 49, PP. 347-355

lunes, 18 de mayo de 2015

Ciudad Hispanorromana de Ercávica (Cañaveruelas. Cuenca)

Ercávica fue una población celtíbera, en sus orígenes, que ocupaba un amplio cerro en las inmediaciones del curso del río Guadiela, cuyas aguas hoy están embalsadas por el Embalse de Buendía, en la provincia de Cuenca. Su posición privilegiada le proporciona unas amplias y bellas vistas del entorno.

La Ercávica celtíbera realmente se situaba, por lo que he podido leer en la propia página del yacimiento, en un cerro cercano al otro lado del río Guadiela, en la Muela de Alcocer. En el transcurso de las guerras celtibéricas (s II a. C), esta ciudad fue asediada y conquistada por los romanos, concretamente en el año 179 a. C según testimonio del historiador romano Tito Livio, integrándose en la provincia romana de Hispania Citerior, provincia que en su momento de máxima expansión llegó a ocupar dos tercios de la Península. A pesar de ello Ercávica tendría un papel importante en posteriores hostilidades, y que supondría su destrucción definitiva.

En la primera mitad del S I a. C se funda la ciudad romana de Ercávica, en su ubicación actual, en el Cerro del Castro de Santaver, ocupando una extensión de 20 hectáreas. La ciudad alcanzará su máximo auge durante los siglos I y II d. C, durante época altoimperial. Su declive se producirá, junto al declive del Imperio, en torno al siglo III d C.

Esta ciudad se encuentra muy asociada a la actividad minera de la zona ya que se situa en plena Vía Lapis Specularis, calzada que recorría diversos yacimientos donde se extraía este mineral y que permitía su transporte desde los puntos de extracción hasta los puertos de Levante, para su comercialización posterior en el Imperio. El lapis specularis (o espejuelo) es un tipo de yeso, muy apreciado en la Antigua Roma por usarse para el acristalamiento de ventanas (aunque no es el único uso que se le dió a este mineral).

El yacimiento se sitúa en las proximidades del pueblo de Cañaveruelas, y ha pasado en estos últimos años por un proceso de abandono importante, pero actualmente se han responsabilizado de su gestión (así como del cercano Monasterio de Monsalud, se puede adquirir una entrada combinada) un grupo de jóvenes arqueológos que han decidido apostar por la gestión del patrimonio y están realizando acciones para su recuperación. Todo ello me ha producido una inmensa alegría, ya que las últimas veces que visitamos este enclave estaba totalmente abandonado a su suerte.

El inicio de las excavaciones  se remonta al año 1972, aunque ha habido diversas campañas posteriores. El estado actual de las excavaciones nos permiten obtener una amplia visión de esta ciudad y percibir sus grandes dimensiones, además de ser consciente de lo mucho que queda bajo tierra.

Siguiendo el rcorrido marcado en el yacimiento, que sigue practicamente el trazado del Cardo Maximus, lo primero que nos encontramos con un conjunto de viviendas (o domus), donde destaca la denominada Casa del Médico, por sus dimensiones. Esta parte del yacimiento ha sido mejorada con la reconstrucción parcial de una de las viviendas.


Casa del Médico

Hacia el Oeste nos encontramos con el complejo de las Termas, donde pueden verse varias cisternas para el almacenamiento de agua, y parte de las estructuras de los edificios que las fomraban.  


Construcciones de las Termas
  
Una de las joyas de este yacimeitno es la sauna subterránea abovedada.


Sauna subterránea

Al norte del yacimiento nos encontramos con el centro público de la ciudad, el Foro. El Foro presenta importantes dimensiones, con la Basílica situada al sur, y la sede de los principales edificios de las administraciones públicas al norte.

Foro. Vista desde el sur

 El lado oriental está construido con un basamento de importantes dimensiones que permite salvar el desnivel del terreno, y formado por inmensos sillares, quer permitieron el aprovechamiento del terreno para los edificios que rodeaban el Foro. 

Basamento oriental del Foro

Ercávica se encontraba amurallada, quedando numerososo vestigios de la muralla y de las torres que la delimitaban

Muralla sur

Torre de la muralla en la parte oriental

Además de los vestigios romanos, este yacimiento tiene alguna pequeña sorpresa adicional que ofrecernos. La ciudad, a pesar de su paulatino abandono a partir del s III-IV d. C, fue sede episcopal en época visigoda, y de esta época queda algún testimonio, como es la Fuente del Pocillo, donde se llevaban a cabo los bautismos por inmersión. 


Fuente del Pocillo

A los pies de la planicie que sirve como aparcamiento encontramos dos interesante restos. En la parte baja una pequeña oquedad, se trata de la cripta de San Donato, el cual llegó a esta ciudad, procedente de África, en el s VI d. C. Las tumbas que se sitúan sobre la cripta, de la misma época, pertenecen a seguidores de San Donato.

Cripta de San Donato


Tumbas excavadas

Por último, debido a que las aguas del pantano estaban algo bajas, pudimos observar las ruinas de lo que queda del Balneario de la Isabela, hoy bajo las aguas del pantano, pero que en su momento constituyó un pequeño pueblo al que acudieron personas de la aristocracia y de la burguesía, atraídos por las aguas de la zona, conocidas desde la época de los romanos. 

Vistas desde el yacimiento hacia el lugar de la Isabela

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INFORMACIÓN ADICIONAL:

viernes, 15 de mayo de 2015

Templos griegos de Paestum (Campania. Italia)

Las ruinas de Paestum se localizan en la región de Campania, en lo que se conoce como la Magna Grecia, un vasto territorio del sur de Italia en el cual se asentaron los colonos griegos en su expansión por el Mediterráneo. La ciudad de Poseidonia (o Paestum) se fundó en torno al siglo VI a. C y pasó a ser romana en el año 273 a. C. Finalmente sería abandonada, en parte por las periódicas epidemias de Malaria, lo que ha permitido un excelente grado de conservación de los restos, tratándose de los mejores restos conservados de época Griega. Paestum fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998.

Se trata de un lugar poco conocido, en comparación con otros lugares de Italia como Pompeya o la misma Roma, y creo que de forma poco merecida, porque además de su indiscutible importancia histórica se trata de un lugar de gran belleza, y con el añadido de poder disfrutar de él sin agobios ni eternas filas de gente.

Templo de Neptuno

Lo más impresionante de esta ciudad son los restos de los fantásticos templos, descubiertos a finales del s XVIII. Hay tres templos, el primero que vemos y el menor de ellos es el Templo de Ceres, lo de pequeño es un decir.


Templo de Ceres

 El mayor de los templos, y el mejor conservado, es el Templo de Neptuno (o Templo de Poseidón), de unas dimensiones impresionantes. Algunos estudios más recientes lo han atribuido a la deidad Apolo. 
 
Templo de Neptuno

Por último tendríamos el Templo de la diosa Hera, más conocido como la basílica, que es el monumento más antiguo conservado de la ciudad griega.


La Basílica (Templo de la diosa Hera)

Ver el conjunto que forman estos templos es increíble, por sus dimensiones, su estética, su majestuosidad. 

La Basílica con el Templo de Neptuno al fondo

Cuando uno se acerca un poco más a estos edificios para apreciar los detalles no puede más que maravillarse y sentirse pequeño, hasta los mismos dioses que los habitaban estoy segura que se sentirían así. 

La arquitectura de los edificios es la característica el orden dórico, con columnas sin basa que apoyan directamente sobre el escalón superior (crepidomos), el fuste se compone de varios tambores y presenta forma ahusada con acanaladuras verticales. El capitel está formado por un elemento curvo (equino) sobre el que se sitúa un bloque rectangular (ábaco). Todos estos elementos son apreciables en las fotografías de detalle.




Detalle de las columnas de los templos
 
Por último pueden diferenciarse sobre el capitel el entablamento, compuesto por, el arquitrabe, zona lisa; el friso, que presenta espacios con estrías verticales (triglifos), intercalado con espacios lisos metopas que solían estar decoradas por bajorrelieves o pinturas; y por último la cornisa. Todos estos elementos son perfectamente diferenciables en el Templo de Neptuno.

 Templo de Neptuno

Pero, aunque sea lo más impresionante, no es lo único que podemos ver en Paestum, ya que tenemos una ciudad entera por descubrir, quedan restos del ágora, el foro de la ciudad romana o el anfiteatro, aunque el estado de conservación, al no ser tan bueno, a veces hace difícil distinguir los edificios. 

 Anfiteatro

También podemos ver restos de amplias zonas de viviendas.


O pasear por sus tranquilas quietas, intentando imaginar una ciudad llena de vida, como sin duda lo sería, llena de personas que pisaron y vivieron entre esos mismo restos que ahora nosotros visitamos con suriosidad. Pasear por Paestum es rcorrer el pasado en su máxima expresión.
 


Calles de Paestum

Pero antes de abandonar este lugar hay que visitar el museo, no os lo perdáis porque tiene piezas increíbles, entre ellas una amplia colección de metopas que, aunque algo desgastadas, son de una belleza singular. 

Metopas del Templode Argiva Hera

También tiene una amplia muestra de la característica cerámica de figuras rojas, nueva técnica (anteriormente predominaba la cerámica de figuras negras) inventada en torno al año 530 a. C, que irá acompañada de nuevas temáticas.

Cerámica de figuras rojas

Pero si algo me imprsionó del museo de Paestum fue los restos funararios, donde se conservan extraordinariamente bien la pintura de los bloques que formaban la cista, presentando escenas de la vida cotidiana. 





 
Pero si hay una pieza caraterísticas de este museo es las pinturas de la Tumba de Tuffatore, es emocionante verla fuera de los libros. Es una tumba de cista de época clásica, siglo V a. C, donde se representa el banquete funerario, y una pintura de un joven lanzándose al agua, lo que se ha interpretado como el paso a la otra vida. Sin duda la joya de este pequeño, pero espectacular, museo. 


Tumba de Tuffatore

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INFORMACIÓN ADICIONAL:
  • Para este viaje nosotros utilizamos como guía la editada por Lonely Planet. 
  • Para saber más acerca de la cultura griega, y especialmente de su arquitectura y cultura material, yo he utilizado el libro (libro de texto de la UNED en el grado de Geografía e Historia): Historia de la cultura material del mundo clásico, VV.AA. Editado por la UNED