sábado, 25 de marzo de 2017

Mina romana de Cueva del Hierro (Cuenca)

Nos encontramos en la localidad de Cueva del Hierro en plena Serranía de Cuenca y muy próximos al Parque Natural del Alto Tajo.

Un punto interesante por la naturaleza que la rodea. Prueba de ello son los senderos de pequeño recorrido que tienen a esta pequeña población como punto de salida o llegada:
Pero más allá de su valor paisajístico, esta localidad esconde en sus entrañas un interesante lugar: una mina romana que hará las delicias de los que busquen lugares históricos y de los geólogos a partes iguales.

La visita guiada incluye un breve recorrido por los recovecos más accesibles de esta explotación minera. El inicio de la visita se realiza por una entrada moderna, de mediados del siglo XX, que nos permite adentrarnos en las profundidades de estos cerros ricos en recursos metalúrgicos.

Entrada a la mina de Cueva del Hierro
Entrada a la mina

Se estima que la primera explotación se produjo en época celtibérica, en la Segunda Edad del Hierro (en torno a la segunda mitad del primer milenio a. C), seguramente una explotación de superficie. Con el concepto de celtíberos se agrupa a un conjunto de grupos que poblaban la zona central con características culturales comunes. En la zona de la Serranía de Cuenca se ha situado a los olcades, aunque la distribución geográfica de los diferentes grupos es polémica dado que las descripciones existentes son de época romana.

La primera parte del recorrido transcurre por las parte más antigua de la explotación, de época romana. Los métodos extractivos guardan similitudes con las minas de lapis specularis existentes en la provincia de Cuenca (especialmente entre la ciudad romana de Ercávica y la ciudad romana de Segóbriga).

En las proximidades existen vestigios de la presencia romana en la zona y de la presencia de vías de comunicación con estos centros de explotación. Tal es el caso de Peña escrita en uno de los ramales de la calzada que unía Carthago Nova con Caesaraugusta.

Inscripción latina de Peña escrita
Inscripción de Peña escrita

Las paredes muestran una llamativa coloración indicativa de los diferentes minerales presentes en la explotación: el color amarillo de la limonita (con un contenido de hierro del 62-63%); el color rojizo del oligisto o hematites (con un contenido en hierro del 73%); y de color negruzco la siderita (con un contenido en hierro del 42%).

Coloración de los diferentes minerales
Coloración de los diferentes minerales

Los romanos extraían la siderita debido a varios factores: es más blando y, por tanto, más fácil de extraer; es más abundante; y debido a su composición, ya que su contenido en carbono lo hace más maleable (tanto la limonita como el oligisto son óxidos de hierro lo que dificultad la extracción del hierro), aspecto importante para la fabricación de armamento.

En esta primera parte se pueden observar algunas coladas. La más impresionante es la que formada por el manantial interior existente. Su color blanco y el brillo provocado por el agua, crea un impresionante contraste con el tapizado negruzco del manganeso.

Colada y manantial
Colada y manantial

Para poder aprovechar el agua de este manantial se construyó un muro que data de época romana. El agua pura de este rincón ha sido aprovechado por los habitantes de la localidad hasta épocas recientes.

A lo largo del recorrido se pueden observar las marcas dejadas por los picos en las labores de excavación. Estás señales del pasado nos lleva a pensar sobre las duras condiciones de vida de aquellos que trabajan en este lugar oscuro y húmedo con una temperatura constante de 16º a lo largo del año.

Marcas de picos
Marcas de picos

La mina se mantuvo en explotación. En época moderna se presume una intensa explotación dado que se conservan los documentos de cesión de su explotación, coincidiendo con el auge de las herrerías en las proximidades. tal es el caso de la Herrería de Santa Cristina donde vivió durante un tiempo la hija de Miguel de Cervantes, casada con el dueño de la misma, y donde llegaba el hierro extraído en Cueva del Hierro.

La mina consta de una segunda parte de explotación más reciente. Este segundo tramo fue explotado desde la segunda mitad del siglo XX y para abrir los túneles se hizo uso de barrena (con pólvora, no con dinamita).

Esta zona no se explotó anteriormente debido a que la veta de siderita se superpone a un estrato de cuarcita (conocido como pedernal y de color claro) de gran dureza e imposible de excavar con los utensilios utilizados en época romana, razón por la que no se extrajo esta siderita hasta época más reciente. En el túnel se puede apreciar de forma clara esta superposición de la siderita y la cuarcita, así como la formación de la veta de siderita por expansión del mineral en estado líquido a través de las fisuras existentes.

Capas de siderita (superior) y cuarcita (inferior)
Capas de siderita (superior) y cuarcita (inferior)

Expansión de la siderita
Expansión de la siderita

El último dueño de la explotación fue el Marqués de Urquijo en los años sesenta. La explotación se cerró de forma definitiva por baja productividad en el año 1963. De aquellos últimos momentos de actividad económica ha quedado abandonada una vagoneta de empuje manual que nos despide.

Vagoneta de empuje manual
Vagoneta de empuje manual
La salida de la mina se realiza unos metros por debajo de la entrada original a la misma en  época romana.

Salida de la mina de Cueva del Hierro
Salida de la mina de Cueva del Hierro

Los pocos escalones que nos separan de la superficie nos devuelven el calor.

No hay que dejar de visitar el Museo de la Mina donde se explica la evolución de la mina, técnicas extractivas, así como una contextualización histórica de los diferentes momentos de explotación.

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INFORMACIÓN PRÁCTICA:

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