viernes, 11 de diciembre de 2015

Ciudad de Petra (Jordania)

La ciudad de Petra se sitúa en una zona montañosa compuesta por blanda arenisca, lo que permitió a los nabateos excavar en la roca las magníficas obras que hoy día podemos contemplar, una auténtica maravilla. La mayor parte de los edificios excavados tenían un uso funerario y en ellos se mezclan estilos arquitectónicos diversos.

Petra es enorme, más si uno se quiere salir de las rutas turísticas, como hemos comentado se sitúa en una una zona montañosa en la que en cada rincón se pueden localizar restos arqueológicos. Nosotros dedicamos a la visita 3 días, aunque si uno se ciñe a las zonas más conocidas con dos días será suficiente. Nosotros como somos un poco frikis, nos compramos un mapa (ver Información adicional) y los últimos dos días lo dedicamos a las partes menos transitadas y mereció la pena.

Nada más entrar en Petra uno ya se da cuenta de que está en un lugar único, y la Historia nos sale al encuentro. A los pocos minutos de iniciar nuestra visita vemos las primeras tumbas, una de las más conocidas en la Tumba de los Obeliscos, en la que se mezclan estilos diversos, en la parte inferior se sitúa un triclino para la celebración de fiestas funerarias.

Tumba de los obeliscos
Tumba de los obeliscos

De este inicio lo más espectacular y conocido es el Siq, que constituía la entrada a la ciudad de Petra. El Siq consta de 1,2 km, es un lugar espectacular, con paredes que en algunos puntos superan los 200 metros y que se estrecha hasta alcanzar los 5 m de anchura. Durante su recorrido se pueden observar conducciones de agua, esculturas y alguna tumba solitaria.

Siq
Siq

Escultura en el Siq

Escultura en el Siq

Pero seguramente el momento más emocionante de nuestra visita sea cuando se empieza a vislumbrar El Tesoro que dejará sobrecogido y sin respiración a cualquier visitante, fue uno de esos momentos inolvidables de la vida, y mi cara de emoción creo que lo demuestra. 

Final del Siq
Final del Siq

El Tesoro
El Tesoro

Pero uno no adquiere una idea de las dimensiones de estos edificios hasta que no se acerca para tener una buena perspectiva, es increíble lo pequeño que se siente uno a los pies de estos gigantes. El Tesoro fue construido como tumba del rey nabateo Aretas III.

El Tesoro

Se corre el riesgo de quedarse petrificado en este rincón de Petra y olvidarse de que hay mucho por recorrer y por ver. Tendremos ocasión de admirarnos ante edificios similares tallados en la arenisca cuyo color rojizo le viene dado por el alto contenido en óxido de hierro. 

El Siq continúa desde este punto en dirección al centro de la ciudad, pasando por la denominada calle de las Fachadas
 
Calle de las Fachadas

Calle de las Fachadas

A continuación nos encontramos con los restos del Teatro de origen nabateo, tallado en la roca y con una capacidad para 3.000 personas, posteriormente sería renovado y ampliado por los romanos, lo que provocó que algunas tumbas de la parte superior quedaran seccionadas.   

Teatro
Teatro

Dentro de este inmenso monumento hay una frenética actividad, más allá de los masivos grupos de turistas, con puestos que venden de todo, camellos con sus guías y mulas para facilitar la subida a las zonas menos accesibles, aunque si se puede lo mejor es andar para empaparse del ambiente. 
 
Camellos y actividad en Petra

Camellos y actividad en Petra

Camellos y actividad en Petra

Tras el teatro se produce un ensanchamiento donde se localizan las denominadas Tumbas Reales, donde se localiza las tumba de Uneishu, la tumba de la Urna (enterramiento del rey Malicos II o Aretas IV), la tumba de la Seda, la tumba Corintia y la tumba del Palacio. Todas ellas presentan una coloración de la roca muy característica, que da la sensación de que la roca se derrite ante el calor sofocante. 

Tumba de la Urna
Tumba de la Urna

Tumba Corintia
Tumba Corintia

Tumba del Palacio
Tumba del Palacio

En una de estas tumbas una mujer nos deleito cantando, la sonoridad en el interior es increíble y se ganó unos buenos aplausos. Nuestro camino prosigue ahora hacia el centro de la ciudad, donde entramos siguiendo el eje del Cardo Maximus, conocido como Calle de las Columnas, construido sobre una calzada nabatea más antigua y que constituía el eje principal de la ciudad romana, en torno a la cual se articulaban tiendas y edificios públicos.
 
Calle de las columnas

Calle de las columnas

A lo largo de esta vía principal de comunicación encontramos edificios de magnífica ornamentación como el ninfeo, el Palacio Real o el Gran Templo, así como edificios de uso más "mundano" como los restos de los tres mercados, el inferior, medio y superior. 

Vista general del Gran Templo
Vista general del Gran Templo

El final de la calle y la puerta de Temenos marca la entrada al recinto sagrado de Qasr al-Bint

Puerta de Temenos
Puerta de Temenos

Qasr al-Bint
Qasr al-Bint

Personalmente me resultó muy impresionante las dimensiones de las columnas, caídas como si fueran fichas de dominó en el suelo, y que da una idea de la envergadura de estos edificios. 

Restos de columnas
Restos de columnas
 
Aunque no es de los más conocido ni de lo más visitado, en esta zona del centro de Petra encontramos los restos de la Iglesia de Petra (iglesia bizantina), aunque originalmente construida por los nabateos fue ampliado por los bizantinos a medidos del siglo VI, en su interior encontramos unos magníficos mosaicos. 

Mosaicos. Iglesia bizantina
Mosaicos. Iglesia bizantina
 
Tras deleitarnos del centro no dirigimos a una de las imágenes más conocidas de Petra, El Monasterio (Al -Deir), para llegar hasta este punto tendremos que subir bastante, así que hay que ir provistos de agua y de buenas piernas. En la zona baja, asediando a los turistas, siempre hay una horda de arrendadores de burros para aquellos no se ven capaces de ascender por las escaleras que nos llevan a este lugar. 

El espectacular sendero de acceso tiene más de 800 escalones y pasa junto a la tumba del León, así denominada por los relieves que la custodian.

Ascenso a El Monasterio
Ascenso a El Monasterio

Tumba del León
Tumba del León

La visión de El Monasterio es casi tan excitante como la de El Tesoro, aunque parece que los sentidos se van acostumbrando a tanta maravilla. Lo cierto es que el diseño de ambas tiene cierta similitud, aunque El Monasterio es de mayores dimensiones, y se ha supuesto que fue construido como lugar de enterramiento para el rey nabateo Obodas I en el siglo I a. C. 

El Monasterio

El Monasterio

El Monasterio
Detalle de El Monasterio

En los alrededores hay pequeñas alturas que, tras una corta caminata, nos ofrecen unas vistas espectaculares del edificio, pudiendo apreciar la simbiosis con la montaña en la que está tallada. También podremos disfrutar de una amplia visión de los territorios que rodean este lugar de ensueño. 

Vista general de El Monasterio
Vista general de El Monasterio


Solo ver lo que hemos comentado hasta aquí nos llevará una jornada más que completa y, generalmente, es la visita que se suele realizar por parte de los turistas. Pero, como he comentado al principio, si uno quiere profundizar y perderse para poder ver curiosidades y ir más allá de lo puramente turístico, necesitará, al menos, una jornada más. 

En nuestro segundo día en vez de entrar por el siq decidimos recorrer un sendero que nace justo antes y que se adentra en un túnel nabateo que da entrada al Wadi Al-Mudhlim.

Túnel nabateo

Túnel nabateo

El wadi se va estrechando, en algunos puntos no tiene más de 1 metro de ancho y tendremos que salvar alguna roca, pero no cabe duda de que es un lugar con magia, y, casi lo más importante, donde se puede disfrutar de un lugar fresco y solitario. 

Wadi Muthlim
Wadi Muthlim

Pero incluso aquí podremos encontrar restos nabateos como los restos de una presa y algunos nichos. 

 Presa nabatea
 Presa nabatea

 Nichos
 Nichos

El camino nos deja en el Wadi Al-Mataha el cual tendremos que seguir hacia la izquierda para llegar a las Tumbas Reales, no sin antes disfrutar de algunas tumbas menos visitadas como la tumba de Sexto Florentino o la casa de Dorotheos

Tumba de Sexto Florentino
Tumba de Sexto Florentino

Posteriormente nos dispusimos a conocer el Altar de los Sacrificios (Al-Madbah) en la cumbre del Jebel Madbah, al cual se llega ascendiendo por unos escalones antes de llegar al teatro, la ascensión no es demasiado exigente, pero mejor llevar agua de más. 

Inicio subida al Jebel Madbah
 Inicio subida al Jebel Madbah

Altar de los sacrificios
Altar de los sacrificios

No hay acuerdo en determinar si este peculiar emplazamiento era utilizado como lugar para ritos funerarios, para ceremonias en honor a los dioses, o para ambas cosas, pero no cabe duda de que las vistas merecen la pena. 

Nosotros en vez de volver por el mismo camino decidimos alagar la caminata descendiendo en dirección al centro de Petra pasando por un conjunto de solitarias tumbas y fuera del circuito turístico, muestra de ello es que no nos cruzamos con nadie, pasando por el monumento del León, donde se canalizaba el agua desde la pared. 

Monumento del León
Monumento del León

Seguimos descendiendo por el acantilado para llegar a la tumba del Jardín, y un poco más abajo nos encontramos con la tumba del Soldado Romano, llamada de este modo por la estatua situada sobre la entrada. 

Tumba del Jardín
 Tumba del Jardín

Tumba del Soldado Romano
 Tumba del Soldado Romano

Interior de una de las tumbas
 Interior de una de las tumbas

El tercer día lo dedicamos a perdernos, de nuevo, por los rincones menos conocidos de Petra. En esta ocasión nos acercamos a Umm al-Biyara donde se cree que se emplazaba la capital edomita de Sela y desde donde el rey de Judea, Amasía, arrojó a 10.000 prisioneros por el precipicio a finales del siglo VIII a. C.  Una historia algo sanguinaria que hizo que nuestra curiosidad creciese. 

Para llegar a esta montaña tendremos que recorrer el Wadi Ath-Thughra hasta el Monumento de la Serpiente donde tras las tumbas excavadas nace el sendero que asciende hacia la cumbre. Lo primero que nos impresionará del recorrido será la rampa ceremonial abierta literalmente en la roca. 

Rampa ceremonial
Rampa ceremonial

En la cima nos encontramos con los restos de un pueblo edomita del siclo VII a. C, y con unas vistas, que quitan el aliento, nos muestran un paisaje árido y duro.

Ascenso a Umm al-Biyara
 Ascenso a Umm al-Biyara

Pueblo edomita
 Pueblo edomita

Esta caminata es bastante larga, pero aún nos quedaba algo por ver. Al bajar nos adentramos en el Wadi As-Siyyag, donde ascendiendo unos escalones podemos ver la Casa Pintada, una de las pocas tumbas que conserva restos de los frescos que la decoraban. 
  
Casa pintada

Casa pintada

Aprovechamos para darnos un último capricho recorriendo de forma tranquila el centro de Petra y volviendo por el siq, recreándonos en cada paso y en cada rincón, conscientes de que somos unos privilegiados por poder estar aquí, por poder pisar donde tantos pisaron y por contemplar una de las grandes maravillas de este gran e interesante mundo.

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INFORMACIÓN ADICIONAL:
  • Para este viaje usamos como guía la de Lonely Planet, suele ser la que más nos gusta, aunque por ser un destino bastante turístico hay bastante donde escoger en función de los gustos.
  • Como mapa general usamos uno de carreteras escala 1:700000, de la editorial Cartographia. Muy útil ya que alquilamos un coche la última semana para acercarnos a algunos yacimientos y lugares donde era complicado llegar en transporte (ya iremos incluyendo alguna entrada a este respecto) 
  • Si se quieren realizar excursiones en Petra fuera del circuito turístico es recomendable hacerse con el mapa Map of Petra. Escala 1:5000. Royal Jordanian Geographic Centre. 
 

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