jueves, 8 de junio de 2017

Museo Cerralbo (Madrid)

Este museo se encuentra en lo que fue la residencia de D. Enrique de Aguilera y Gamboa (1845-1922), marqués de Cerralbo, y su familia. El edificio per se tiene un incuestionable valor como ejemplo de la forma de vida aristocrática de finales del siglo XIX y principios del XX.

Pero, para los amantes de la arqueología, tiene un valor añadido debido al papel del marqués de Cerralbo en la historia de la arqueología español

Este edificio fue construido entre 1883 y 1893 con un doble objetivo: vivienda y lugar de exposición de los objetos reunidos por el marqués de Cerralbo en su inagotable sed coleccionista. El museo y su colección se sitúan en dos de sus cuatro pisos: el entresuelo o primer piso, destinado a la vida cotidiana; y el piso principal, dedicado a la vida social de la familia.

La entrada al edificio por el Gran Portal que da acceso a la Escalera de Honor es espectacular y nos ofrece una pincelada de lo que vamos a contemplar a lo largo del recorrido.

Escalera de Honor. Museo Cerralbo
Escalera de Honor. Museo Cerralbo

En esta planta se suceden las dependencias privadas de la familia: salones (salón de música,, y otras salas menores), dormitorios, comedor, galería de verano y el acceso al jardín. Por sus nobles pasillos nos podemos asomar a la intimidad de la aristocracia del siglo XIX y XX.

Sin embargo, el máximo esplendor queda reservado para el piso principal destinado para recibir. Aquí la decoración es más refinada y cuidada, con una distribución pensada para mostrar a los invitados las piezas de las diversas colecciones del marqués. Un espacio pensado para la exhibición.

En este piso se suceden objetos de lo más dispares: armaduras, lienzos, dibujos, porcelana, incluso plantas exóticas.

Armería. Museo Cerralbo
Armería. Museo Cerralbo

Atravesamos estancias de nombres coloridos para llegar a un rincón que haría las delicias de cualquier arqueólogo: el salón estufa. Concebido inicialmente como invernadero de plantas exóticas, el salón terminó convertido en un gabinete de coleccionista. Aquí el marqués de Cerralbo acumuló objetos arqueológicos extraídos de las numerosas excavaciones en las que participó: desde útiles neolíticos, a vasos griegos o armas ibéricas (fue una desilusión encontrarnos con un cordón que nos impedía el acceso a esta sala).

Sala árabe y salón estufa al fondo. Museo Cerralbo
Sala árabe y salón estufa al fondo. Museo Cerralbo

A pesar de la decepción, aún quedan salas destacadas por visitar. En la sala de las columnitas no encontramos con una impresionante colección de figuras (egipcias, griegas, etruscas y romanas) sobre pequeñas columnas.

Sala de las columnitas. Museo Cerralbo
Sala de las columnitas. Museo Cerralbo

A continuación se suceden salas ricamente decoradas para impresionar a los visitantes, salas donde conversar, donde jugar al billar y donde compartir una buena comida. Muchas de ellas decoradas con impresionantes pinturas murales, muy llamativas las escenas pictóricas que decoran la Sala Chaflán, que precede al despacho del marqués.

Sala Chaflán. Museo Cerralbo
Sala Chaflán. Museo Cerralbo

Pero las salas que más me impresionaron fueron, como no podía ser de otro modo, aquellas en las que el marqués escondía el conocimiento del que se hizo rodear.

Primero localizamos el despacho del marqués de Cerralbo donde recibía a las visitas ilustres, saturada de piezas de colección y donde ha quedado impresa su personalidad.

Despacho. Museo Cerralbo
Despacho. Museo Cerralbo

La siguiente sala contrasta con el despacho por la falta de ornamentación, una estancia sobria y con pocas distracciones. Nos encontramos en la magnífica biblioteca donde se exponen cerca de 10.000 volúmenes (fue considerada una de las más completas en cuanto a temas arqueológicos), una muestra de la insaciable curiosidad intelectual del marqués de Cerralbo.

Biblioteca. Museo Cerralbo
Biblioteca. Museo Cerralbo

Dejamos las estancias dedicadas al conocimiento y nos adentramos en las tres galerías donde se exponen numerosas obras artísticas de incalculable valor. Un lugar pensado para la exhibición ante los invitados.

Las galerías nos conducen a la Sala de Baile lugar donde, además de dedicar el espacio a la danza, se realizaron importantes exposiciones arqueológicas.

Sala de Baile. Museo Cerralbo
Sala de Baile. Museo Cerralbo

El marqués de Cerralbo desarrolló una intensa actividad política a lo largo de su vida como miembro del partido carlista. Pero lo más interesante, al menos para esta página, es su intensa actividad como arqueólogo.

Fue nombrado miembro de la Real Academia de la Historia en 1908 y estuvo vinculado a numerosas instituciones científicas y culturales de la época: Instituto de Paleontología Humana de París, Academia de Antropología de Nuremberg, etc. Sufragó y participó en importantes excavaciones arqueológicas, sólo en el entorno de su palacio de Santa maría de Huerta (Soria) costeó y dirigió más de un centenar de excavaciones arqueológicas en el curso alto del Jalón.

Algunas de las excavaciones más conocidas fueron: 
Destacó en la introducción de nuevas metodologías (como el uso de la fotografía de campo) lo que supuso, a pesar de que visto con la mirada actual resulten prácticas obsoletas e incluso poco adecuadas, una gran evolución en esta disciplina.

Profesionalmente mantuvo contactos con numerosas figuras eminentes de la época como E. Cartailhac, H. Breuil, A. Schulten o Amador de los Ríos, personajes que casi se miran en la actualidad con veneración y recubiertos de una pátina de leyenda.

Esta vida inquieta se plasma en el magnífico Palacio de Cerralbo, donde se exponen algunos de los resultados de su inquietud intelectual.

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INFORMACIÓN PRÁCTICA:


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