miércoles, 26 de junio de 2019

Oppidum del Castejón (Luzaga. Guadalajara)

El Oppidum del Castejón es uno de esos lugares desconocidos de nuestra geografía que, sin embargo, presenta un interés arqueológico manifiesto.

Fue en esta población, Luzaga, donde se localizaron una de las escasas muestras de escritura celtibérica (junto a los bronces del yacimiento de Cabezo de las Minas, Botorrita), nos referimos al bronce de Luzaga. Hoy en día se le ha perdido la pista a esta pieza arqueológica, pero su hallazgo en el término municipal de Luzaga sí parece indicar la importancia de esta ubicación en la Edad del Hierro.

El conocimiento de este yacimiento se remonta al descubrimiento del mencionado bronce a finales del siglo XIX por el padre Fidel Fita. A principios del siglo XX se excavó la necrópolis, situada al sur, por el archipresente marqués de Cerralbo, durante las mismas recogió 1813 urnas y se localizaron calles de estelas con suelos empedrados.

El Oppidum del Castejón se sitúa en un lugar estratégico con una excepcional panorámica sobre el curso del río Tajuña.

Panorámica desde El Castejón
Panorámica desde El Castejón

Actualmente apenas se vislumbran algunos restos de lo que fue el Oppidum del Castejón debido a la reutilización de gran parte de las estructuras para construcciones más modernas que hace difícil la identificación de las edificaciones más antiguas. Aún así una visita siempre resulta interesante, ayudado por su fácil acceso.

Un cartel, junto a los depósitos, indica la localización del Oppidum. Junto a él se localizan los restos de de una construcción doméstica que se adosaría a la muralla.
 
Construcción doméstica. El Castejón
Construcción doméstica. El Castejón

Estas construcciones presentan técnicas constructivas indígenas (zócalos de piedra, alzados de adobe y techumbre de materiales perecederos). Los aterrazamientos parecen indicar el trazado de calles que aprovechan la topografía del cerro ajustándose a las curvas de nivel. Todo ello parece indicar una intensa ocupación del espacio entre los sigos III-I a. C.

Siguiendo desde estos restos la curva de nivel se localizan, en dirección este-oeste, restos de muralla formada por grandes sillares. Esta zona, situada al sur, por ser más accesible requirió mayores esfuerzos defensivos, muestra de ello son los paramentos ciclópeos que se pueden ver hoy en día.

Restos de muralla
Restos de muralla

Restos de muralla
Restos de muralla


El área situada al oeste es donde la topografía se presenta más benigna, desde el punto de vista defensivo, ya que los agrestes riscos que bajan prácticamente en vertical hacia el cauce del río Tajuña servirían de defensa natural del poblado lo que explica la inexistencia de defensas artificiales.

Desnivel en el área norte
Desnivel en el área norte

Aquí, junto a la verticalidad más pronunciada, se localiza un edificio de planta rectangular de unos 14,5 metros en su lado de mayor longitud. La base está delimitada por grandes y regulares sillares. Estas características hacen suponer su inclusión en el sistema defensivo, al menos en su cronología más antigua.

Este edificio se ha asociado, en fases más tardías, debido a su ubicación, en la parte más elevada y visible, con un edificio de cronología romana, posiblemente un templo romano.

Posible templo romano
Posible templo romano

En las proximidades de esta construcción se pueden localizar numerosos sillares de grandes dimensiones de interpretación compleja debido a la mala conservación y a la falta de continuidad lo que ha dado lugar a diversas interpretaciones.

Se localizan algunos amontonamientos de piedras a lo largo del perimétro que estaría delimitado por la muralla. Estas concentraciones se han interpretado como posibles torres de vigilancia.

En la zona noreste se localiza lo que podría interpretarse como uno de los accesos al oppidum.

Acceso noreste
Acceso noreste

La falta de excavaciones sistemáticas dificulta aún más la interpretación del recinto. Lo que sí parece claro es la existencia de una gran muralla defensiva de gran calidad que protegía el oppidum en la parte norte y sur.

En la superficie delimitada por la muralla se localizan numerosos restos de muy difícil interpretación y localización. Aunque la presencia de estos restos parecen confirmar la presencia de estructuras asociadas al sistema defensivo.

Aproximadamente en el siglo I a. C se produce un abandono del recinto y sus construcciones lo que indica un abandono del habitat en altura quedando reservado para uso ganadero mientras que la población se sitúa en el actual casco urbano de la población (hecho avalado por la existencia de restos de época romana excavados al sur de la localidad, restos conocidos como Los Palacios, que se corresponden con un complejo termal de época tardoantigua).

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INFORMACIÓN PRÁCTICA
  • En la actualidad se han señalizado tres rutas de senderismo, una de ellas recorre el oppidum del Castejón.
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BIBLIOGRAFÍA:
  • BURILLO MOZOTA, FRANCISCO. 2011. Oppida y "ciudades estado" celtibéricos. Complutum. Vol 22. 277-295
  • GAMO PAZOS, EMILIO; MORÍN DE PABLOS, JORGE; SÁNCHEZ-LAFUENTE PÉREZ, JORGE; URBINA MARTÍNEZ, DIONISIO. El Castejón (Luzaga, Guadalajara) un oppidum en la celtiberia. Nuevos datos para su interpretación. MArq Audem. Serie prehistoria.

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