domingo, 15 de diciembre de 2019

Castro de Castil de Griegos (Checa. Guadalajara)


El castro de Castil de Griegos (o Castilgriegos) se sitúa en el valle del arroyo Gil de Torres (o Genitoris), afluente del río Cabrillas, a su vez afluente del río Tajo. Se encuentra en una localización estratégica en un de las vías de paso natural del Alto Tajo, a una altitud de 1476 m, que permite la comunicación norte-sur.

Este yacimiento es conocido desde el siglo XIX, pero será a partir del 2005, tras el descubrimiento de la necrópolis de Puente de la Sierra, cuando se inicien las excavaciones sistemáticas del yacimiento en un intento de relacionar las diferentes fases de uso de la necrópolis y los momentos de ocupación del castro.

El yacimiento se ha datado en los siglos III-I a. C, aunque los enterramientos más antiguos de la necrópolis se remontan al siglo V a. C. Este yacimiento es peculiar al presentar dos zonas bien diferenciadas. El recinto más antiguo es el situado más al sur. Un área ovalada que fue defendida por una muralla construida sin argamasa. En su interior, adosadas a la muralla, se situaba las viviendas siguiendo un eje norte-sur que unía las dos entradas del recinto.

Área amurallada. Zona sur
Área amurallada. Zona sur

Esta construcción se correspondería con una primera fase de ocupación (siglo V-IV a.C).

Posteriormente (siglo III a. C) se produce una remodelación importante del sistema defensivo. Se antepone un foso excavado en la roca, se levantan nuevos tramos de muralla y se añaden torres defensivas al recinto

Foso. Castil de Griegos
Foso. Castil de Griegos

Seguramente este potenciación de las estructuras respondió a un aumento de la necesidades defensivas. En su interior se realizaron principalmente labores artesanales y metalúrgicas (es fácil encontrar en la zona restos de escoria).

Detalle muralla. Recinto sur
Detalle muralla. Recinto sur

Posteriormente, en una última fase de ocupación, se construyó un segundo recinto de planta ovalada, lo que hace de este yacimiento un caso singular. Este recinto, situado al norte, estaba separado parte del foso primitivo.

Segundo recinto. Zona norte
Segundo recinto. Zona norte

Sin embargo, una prolongación del foso permitió incluir a ambos recintos en el mismo sistema defensivo. El acceso a este segundo recinto se realizaba por un puente que permitía salvar la hendidura excavada en la roca.

Foso. Recinto norte
Foso. Recinto norte

La roca extraída del foso fue la materia prima utilizada para la potente muralla de forma ovalada que rodea a este segundo recinto, con sillares de grandes dimensiones y buena factura. La entrada se situaba al norte y, para su defensa, se incluyó una torre.

Muralla. Recinto norte
Muralla. Recinto norte

El interior de este segundo recinto, siguiendo las pautas del primero, las viviendas también se articulaban en torno a una única calle central con las viviendas adosadas a la muralla. Estas viviendas poseían zócalos de piedra y techumbre vegetal.

Interior y muralla. Recinto norte
Interior y muralla. Recinto norte

El castro se situaba en una zona de frontera por lo que resulta extremadamente difícil adscribir de manera concreta este yacimiento a alguno de los diferentes pueblos que de manera tradicional se vinculan a estos territorios (Titos, Lobetanos y Olcades).

El castro fue abandonado de manera definitiva tras un incendio que ha quedado constatado por el espesor, de casi un metro, localizado en este enclave.

En las proximidades del castro, a unos 500 m, se localiza la necrópolis de Puente de la Sierra, en la que se han podido establecer tres fases de uso:
  • Fase I (siglos V-IV a. C). Situado en la zona central de la necrópolis. Las tumbas eran simples hoyos circulares u ovalados rodeados parcialmente de piedras de pequeño tamaño. 
  • Fase II (siglos III-II a. C). De este periodo se documentan acumulaciones de piedras calizas de mediano y gran tamaño con el propósito de albergar las tumbas. Destaca la escasa riqueza de los ajuares.
  • Fase III (siglos II-I a. C). En este periodo las tumbas se realizaron excavando un hoyo de forma circular y alineándose con una orientación general noroeste-sureste, dejando espacios intermedio a modo de calles (ya documentado en otros yacimientos del Alto Tajo-Alto Jalón como Luzaga o Arcóbriga).
También muy cerca del yacimiento se localiza una curiosa formación geológica: La Aguaspeña. Una toba (que se puede recorrer siguiendo el itinerario marcado de la georuta 8).

Toba de La Aguaspeña
Toba de La Aguaspeña

Desde la formación tobácea es visible los muros del castro de Castil de Griegos en lo alto del cerro. Un agua cristalina cae prosiguiendo con el proceso geológico. Sin duda la presencia de este agua, que nace unos poco metros más arriba (también es posible llegar al nacimiento), junto con otros recursos de la zona explica la elección de esta elevación como ubicación para el castro de Castil de Griegos.

Para conocer mejor el aspecto que tendría este castro y su contexto en la geografía circundante os dejamos un vídeo interesante:
 

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INFORMACIÓN PRÁCTICA
  • El acceso al yacimiento es libre. Si se sigue el camino asfaltado que sale del pueblo hacia el sur se llega a un área de parking desde donde está señalizado tanto el yacimiento como la georuta 8 que nos permite acercarnos a la formación de toba caliza.
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BIBLIOGRAFÍA:
  • MARTÍNEZ NARANJO, JUAN PABLO; DE LA TORRE ECHÉVARRI, JOSÉ IGNACIO. Castil de Griegos y Puente de la Sierra: Un modelo de poblamiento celtibérico en el Alto Tajo. VII Simposio sobre los celtibéricos. Nuevos hallazgos, nuevas interpretaciones. Teruel 2014. PP. 57-53.

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