viernes, 9 de agosto de 2019

Villa romana de Almenara-Puras (Valladolid)

La villa romana de Almenara-Puras se sitúa entre los términos municipales de Puras y Almenara de Adaja en las llanuras cerealistas vallisoletanas.

El descubrimiento, fortuito, de estos restos bajoimperiales se realizó en 1887 cuando fue localizado uno de sus mosaicos. Pero no sería hasta 1942 cuando se realizó la primera intervención arqueológica con una excavación de 1500 metros cuadrados que permitió determinar la planimetría de este yacimiento. Con posterioridad, especialmente entre los años 1975-1991, se realizaron varias campañas que han permitido documentar la mayor de las estructuras.

Vista general de la villa de Almenara-Puras
Vista general de la villa de Almenara-Puras

La construcción de la villa, que ocupa una superficie cercana a los 2500 metros cuadrados distribuidos en unos cincuenta espacios. Su cronología se sitúa a comienzos del siglo IV d. C. Seguramente fue edificada sobre una construcción previa datada en torno al siglo III d. C (aunque se ha encontrado elementos más tempranos que podrían remontarse a los siglos I-II d. C) y que permaneció habitada hasta el siglo V d. C.

En época bajoimperial se vive una gran transformación con la aparición de grandes propietarios de extensas explotaciones agrícolas, alcanzando su cénit en el siglo V d. C. Se vive un éxodo urbano hacia las villae rurales que pasan de ser centros de explotación agropecuaria a centros residenciales de la aristocracia hispanorromana con todos los lujos y instalaciones necesarias (termas, salas de recepción, etc.). Estos centros tendieron a ser autárquicos y las instalaciones revelan la concentración de un gran número de personas en torno al propietario. 

La vivienda se articula en tres zonas diferencias; una primera a lo largo de un eje axial en el que se sitúan las estancias en torno a espacios abiertos; una segunda constituida por un pasillo que da acceso a una sala triabsiada; y, por último, la zona de recreo constituida por las termas.

Termas viejas
Termas viejas

La visita al yacimiento se inicia precisamente la zona de las denominadas termas viejas. Son los únicos restos que han perdurado de la construcción previa a la construcción anterior a la del siglo IV d. C.  En esta pequeña construcción se distinguen los hipocaustos y el horno hacia el exterior.

Junto a las termas viejas, se sitúan las instalaciones de las termas pertenencientes a la villa del siglo IV d. C. En este caso siguen un esquema típico de tres ambiente: frigidarium-tepidarium-caldarium. El frigidarium es la estancia de mayor tamaño, en su extremo oeste se adosa una piscina a la que se accede a través de dos escalones.

Piscina del frigidarium
Piscina del frigidarium

El el tepidarium, de dimensiones más reducidas, se encuentra lo que parece una pequeña piscina decorado con un delicado mosaico de peces. El caldarium es fácilmente reconocible por el hipocaustum y el horno adosado en su extremo sur.

Tepidarium y caldarium. Termas
Tepidarium y caldarium. Termas

Junto a las termas se abre un amplio pasillo que da acceso a una sala triabsiada. Este tipo de estancias, de origen helenístico, tuvieron cierto apogeo entre los siglos III y IV d. C.

Sala triabsiada
Sala triabsiada

la sucesión de plantas en esta sala se ha relacionado con una reforma de frigidarium y la ampliación del sector destinado a las termas.

La mayor parte de las estancias se articula en torno a dos grandes espacios, un primer patio ajardinado de grandes dimensiones; y un segundo, algo menor.También en esta zona se sitúa el la fachada principal de la vivienda, donde se situaba el acceso a la misma.

Esta entrada daba acceso a un patio porticado y es a este patio al que se abren las habitaciones de recepción. El pasillo que bordea este patio está pavimentado con mosaicos con composiciones geométricas.

Vestíbulo de acceso y patio porticado
Vestíbulo de acceso y patio porticado

A la derecha de la entrada principal, ocupando un lugar preeminente en el eje axial de la vivienda, se sitúa un gran salón (oecus) de cabecera pentagonal destinado a los banquetes.  La decoración de los mosaicos presenta una composición de octógonos.

Gran salón (oecus)
Gran salón (oecus)

En el eje axial respecto del vestíbulo se sitúa un grupo de cuatro habitaciones: dos triclina y dos de servicio. Uno de los triclinium se comunica directamente con el pasillo y presenta una exedra semicircular en el extremo decorada con una vistosa crátera.

Una puerta da acceso al segundo triclinium también con pavimento decorado, en apariencia de carácter más privado dado su acceso, delimitado por dos habitaciones de servicio.

Triclinium con exedra
Triclinium con exedra

A la izquierda de la entrada principal, se sitúa un espacio pavimentado de puertas afrontadas son el nexo entre este patio y el patio ajardinado o peristilo, la zona se sitúan las estancias privadas como dormitorios o salas de estar.

En torno a estas estancias principales se sitúan otras de menor entidad de uso menos claro. Algunas de ellas se han asociado con almacenes y habitaciones para la servidumbre.

El segundo núcleo, el más privado, se distribuye en torno a un patio ajardinado o peristilo al que se abren las estancias. Aquí destacan dos espacios: un gran salón (oecus) y un triclinium al este del patio.

Al oecus presenta forma poligonal y a él se accede por una antesala pavimentada. Es en esta estancia donde encontramos el único mosaico con decoración figurada de la villa: el baño de Pegaso.En el mosaico aparece Pegaso atendido por dos ninfas y el nacimiento de la fuente Hipocrene.

Oecus. El baño de Pegaso
Oecus. El baño de Pegaso

El triclinium presenta contorno curvilíneo ligeramente trilobulado. El acceso se realiza por tres vanos, más estrechos los laterales que el central, disposición muy habitual en estancias de otras villas con uso similar.

Triclinium
Triclinium

En torno al peristilo, adicionalmente a estas dos grandes habitaciones principales, se abren otras de menor entidad que podrían corresponderse con cubiculum, es decir, los dormitorios u otras habitaciones de uso privado.

En algunas de estas habitaciones que se abren al peristilo son visibles las pinturas murales adheridas al zócalo que decoraban las estancias. Estas decoraciones, habituales en los ambientes domésticos del Bajo Imperio, se basa en la imitación de revestimiento pétreos, placas de mármoles y otros tipos de piedras de lujo. las más representadas son las placas marmóreas rectangulares y verticales. También se observan decoraciones de tipo zócalo corrido (sin compartimentar en placas).

Decoración en las paredes
Decoración en las paredes

Adicionalmente, entre los escombros, se recuperaron numerosos fragmentos, algunos de estos paneles restaurados se muestran en el museo del yacimiento. Este es el caso del oecus pavimentado con la escena de Pegaso. Entre los fragmentos restaurados se han evidenciado la presencia en la pintura mural de motivos vegetales y animales relacionados con el tema cinegético.

Pintura mural del oecus
Pintura mural del oecus

Por último destacar la presencia en esta zona meridional, entre las numerosas estancias de pequeño tamaño, la presencia de una sala con calefacción por hipocausto con canales de aire.

Es muy recomendable, antes de iniciar la visita al museo, dedicar un tiempo a ver el audiovisual con el que se inicia la visita y al museo. En este último se contextualiza el mundo romano (los tipos de villas, sistema económico, vida cotidiana, etc.) y se muestran algunos de los restos hallados en las excavaciones, como restos de las pinturas que decoraban algunas de las estancias.

Para finalizar, existe la posibilidad de realizar una breve visita a la reproducción existente de una villa romana (parte de ella) donde el visitante se puede hacer una idea de la apariencia de la Villa de Almenara-Puras y ser consciente de las enormes dimensiones de estas villas (más teniendo en cuenta que sólo se representa una mínima parte).

Cabe destacar, a pesar de que no hay nada visitable al respecto en el yacimiento, que en las intervenciones realizadas se hallaron evidencias claras de habitat prehistórico (cerámicas, hoyos, restos de pavimento, etc.).

En su conjunto una visita muy recomendable que junto con otras villas (como la Villa de la Olmeda o la Villa de La Tejeda, por nombrar alguna situada en la misma Comunidad Autónoma) nos dan una idea de la estructuración social y económica de la época bajoimperial en la Península.

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INFORMACIÓN ADICIONAL:

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BIBLIOGRAFÍA:
  • SÁNCHEZ SIMÓN, MARGARITA; GARCÍA MERINO, CARMEN. 2001. "Excavaciones en la villa romaan de Almenara-Puras (Valladolid)"". Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología. Tomo 67. PP. 99-124
  • SÁNCHEZ SIMÓN, MARGARITA. 1998. "La villa romana de Almenara-Puras (Valladolid): proyecto de recuperación y adecuación museográfica"". Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología. Tomo 64. PP. 141-153 
  • SÁNCHEZ SIMÓN, MARGARITA; GARCÍA MERINO, CARMEN; BURÓN ÁLVAREZ, M. 2008. "La exposición "Pinturas murales de Almenara-Puras: técnica, arte y suntuosidad: nuevas aportaciones para el estudio de la pintura mural de la Villa romana de Almenara-Puras (Valladolid)"". Estudios del patrimonio cultural. Nº1.

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